¿Quién no conoce la famosa pirámide del aprendizaje con sus perfectos porcentajes de aprendizaje? Pues te sorprenderá saber que es falsa.

Sí, lo que Edgar Dale pretendía, al producir el cono de la experiencia, que es el bueno, era crear un modelo intuitivo en el que concretar varios modelos audiovisuales. Sin embargo, desde que presentó su modelo, ha sido malinterpretado y utilizado incorrectamente.

Dale nunca hizo mención a niveles de aprendizaje ni de recuerdo. Incluso autores como Subramony, Molenda, Betrus y Thalheimer, han realizado diversos estudios para desmitificar esta pirámide. Y es que estos datos de retención no están respaldados por datos empíricos.
La realidad es que la pirámide, según su autor Edgar Dale, es meramente una analogía visual que muestra la progresión de las experiencias de aprendizaje desde lo concreto a lo abstracto.
En la base del modelo encontramos las experiencias más concretas, como por ejemplo, las experiencias directas, experiencias artificiales y la participación dramática.
En el centro encontramos la zona en la que los alumnos observan sin acción. Estas experiencias son menos concretas que los niveles inferiores, ya que los alumnos no interactúan directamente.
La cima del Cono muestra las experiencias más abstractas, que están representadas con grados limitados de realismo mediante símbolos, como el lenguaje visual o verbal.
Lo que sí decía Dale (1969) es que en el contexto del aprendizaje «deberíamos utilizar enfoques revolucionarios para mejorar la calidad de los entornos de aprendizaje educativo. Una forma de hacerlo es introducir una variedad de materiales audiovisuales para crear experiencias de aprendizaje vívidas y memorables.»
De hecho, lo que sí dice es que los procesos de aprendizaje utilizando contenido multimedia bien diseñado son más efectivas que aquellas que no lo tienen.
Como también dice, que los mejores resultados se obtienen combinando enfoques, equilibrando experiencias concretas y abstractas. Y quizás, este sea el principal aprendizaje, y es que si quietamos los porcentajes, lo que descubrimos es que la proporción de cada uno de los elementos no es fija, sino que dependerá del contexto en el que se desarrolla el aprendizaje.
Encontrar ese equilibrio es lo que hará nuestro entorno de aprendizaje memorable.
