La semana pasada, a consecuencia del debate sobre la IA en China llegó a mis manos el último número de The Economist con un más que recomendable análisis sobre la actualidad económica de China titulado «Is Chinese power about to peak?», y del que extraigo algunas conclusiones. El artículo original se puede encontrar en la web de The Economist o en su versión papel.

Pongámonos en situación, China ha experimentado un crecimiento económico en las últimas cuatro décadas que ha transformado el país y ha tenido un impacto en la economía mundial.
Sin embargo, parece que este crecimiento está desacelerándose, y la cuestión es confirmar si esto es así, y por qué.
Los que piensan que el progreso Chino está obstaculizado argumentan sus razones en: el cambio demográfico, la disminución de la población en edad laboral y dificultades para aumentar la tasa de natalidad. Junto a esto, la productividad no se espera que aumente, el auge inmobiliario ha terminado y las tensiones con Estados Unidos afectara su crecimiento económico.
El Gobierno Chino parece que valora más la seguridad que la prosperidad y la grandeza que el crecimiento. Por otro lado, los inversores extranjeros son más cautelosos y buscan ubicarse o diversificar sus cadenas de suministro.
Además, Estados Unidos está ansioso por limitar el acceso chino a algunas «tecnologías fundamentales». La economía del beneficio mutuo ha cedido paso a la geopolítica de la desconfianza mutua.
En 2011, Goldman Sachs proyectó que el PIB de China superaría el de Estados Unidos en 2026 y sería más del 50% más grande a mediados de siglo. Ahora cree que la economía de China no superará a la de Estados Unidos hasta 2035 y en su punto máximo será solo un 14% más grande.

Otros como Capital Economics argumentan que la economía de China nunca será la número uno. Alcanzará el 90% del tamaño de Estados Unidos en 2035 y luego perderá terreno.
Según las estadísticas oficiales, la fuerza laboral de China ya ha alcanzado su punto máximo. Tiene 4.5 veces más personas de entre 15 y 64 años que Estados Unidos.
De todas formas, el tema más preocupante no es la población, sino la productividad.
En 2011, Goldman Sachs pensaba que la productividad laboral crecería un 4.8% anual durante los próximos 20 años. Ahora el banco cree que crecerá alrededor del 3%.
Por supuesto, todo esto hay que tomarlo con cautela, pero el panorama para China y su crecimiento económico se ha vuelto más incierto en los últimos años.
Mientras que anteriormente se preveía que China superaría a Estados Unidos y se convertiría en la superpotencia dominante, ahora hay un mayor escepticismo y preocupación sobre las perspectivas de crecimiento a largo plazo de China.