Nos acercamos al final del año 2021, un año en el que hemos hablado – sobre todo – de automatización y personalización de la gestión de personas, pero que está representado por una multitud de paradojas, como las que resume Dave Ulrich en la imagen que adjunto.

Fue un año en el que hubo muchas contrataciones y muchos despidos – algunos incluso que avergonzaron a la opinión pública como fue el caso de Better – pero que ya nos deja pistas del gran reto que supone la paradoja del talento, y de como integrar el talento sin edad, el talento sin genero, pero más importante, un talento sin ningún tipo de traza de discriminación.

Un año en el que hablamos de liderazgo de servicio, y nos mostró la paradoja que surge cuando tienes que centrarse en objetivos y personas, y nos dimos cuenta que no es sencillo contentar a empleados y accionistas, y en general a todos los stakeholders.

Un año en el que dudamos entre cuidarnos a nosotros mismos o cuidar a los demás, y que nos llevó a tener una salud mental herida y cansada, en un momento crítico de nuestro desarrollo personal y profesional.

Un año de paradojas entre la ejecución y el pensamiento, entre la teoría y la practica. Y como toda paradoja… nos dificulta entender la realidad y poder reaccionar a ella…

… Y es que la gran paradoja ha sido ver a recursos humanos enfrentarse al mayor de los retos con muy pocos recursos; cuidar a los empleados sin que nadie cuide a recursos humanos; transformar organizaciones sin transformarse a sí mismos; apagar los fuegos de hoy de manera urgente, y al mismo tiempo pensar en las cosas importantes del mañana; y estos son solo son algunos ejemplos

Así que si tuviera que elegir un deseo para recursos humanos para el 2022… sería algo tan sencillo que se resumen en el mantra de la gestión de procesos…

Si recursos humanos es tan importante, si el alcance en la gestión de personas es ambicioso, mi deseo para el 2022 es tener más recursos para recursos humanos