Aquellos que han leído las otras entradas del blog tendrán presente los dos principios básicos con los que diseño las experiencias de aprendizaje, y que también formaron parte de mis diseños para acelerar el Talento.
El primero: talento es aportar valor. ¿Qué valor quiero aportar para la consecución de la estrategia? El valor se mide, es tangible, es cuantitativo. Al conocer el valor que se quiere aportar, puedo conocer las capacidades que se necesitan.
El segundo: el talento es cosa de todos. Si Talento es aportar Valor, no es solo responsabilidad de las personas sino que afecta a la Organización en su conjunto, incluidas las Personas que la conforman. Mientras pensemos que el Talento es sólo asunto de las personas, faltará Talento.
Así que el primer paso para acelerar el talento es diseñar una cultura donde las ideas fluyan con naturalidad, se puedan debatir de forma apropiada, los gerentes y directivos sepan gestionarlas – ya sea para retar o para implementar – y que se construyan puentes de confianza.
Una vez tengo el entorno, las Organizaciones tienen que motivar, entusiasmar y despertar esta pasión por generar ideas; y esto se hace exponiendo a las personas a situaciones en las que puedan expresar su talento y por supuesto, con el estilo de Liderazgo adecuado. Un liderazgo que inspire y motive.
Sin el estilo de Liderazgo adecuado ni la Organización asumiendo que el Talento es cosa de todos, no es que el Talento no acelere, es que se frenará.
¿Qué es acelerar el Talento?
Acelerar el talento es llevarlo al punto de máxima velocidad en el menor tiempo posible, no consiste en prácticas normales en el desarrollo de talento, sino en talento – desde la perspectiva de aportar valor – en crecimiento exponencial. Estamos hablando de alcanzar la mayor velocidad en el menor espacio de tiempo. Y esto en el mundo exponencial es un hecho fundamental.
a = Δv / Δt
La fórmula de la Aceleración.
Si consideramos el Talento como algo de todos. Entonces la expresión del talento dependerá de todos. Es decir, la expresión del talento individual se expresará en la media – posiblemente ponderada – de la velocidad que marque el conjunto de la estrategia, procesos, personas y cultura de la organización; dividido por el tiempo.
Para aumentar la aceleración se necesita la máxima eficiencia en todo el engranaje de la Organización: comenzando por la estrategia de la organización, pasando por las prácticas que pongamos en marcha desde los departamentos de personas; y terminando con la tecnología que pongamos al servicio de la expresión del Talento.
Si tu crecimiento es moderado, sin una cultura de innovación ni con una perspectiva de las implicaciones que tienen los ecosistemas exponenciales. No aceleres. Nadie querrá correr.
Si tu estrategia avanza al trote, tu talento crecerá al trote. Si tu estrategia corre, tu talento correrá. Si la estrategia acelera. El talento acelerará.
Si quieres acelerar el Talento, invierte tiempo en preparar a la organización para acelerar y en desarrollar el Liderazgo adecuado.
Diseñando experiencias concretas para cada talento en concreto.
Si me preguntaran ¿cual es el rol más importante de los departamentos de personas o recursos humanos? En estos momentos diría: Diseñar experiencias. ¿Experiencias de empleado? No, Experiencias de talento. ¿No sería la transformación digital? La transformación digital es una expresión del talento de toda la Organización, con el apoyo de la tecnología y el Liderazgo adecuado.
Este tipo de experiencias son aquellas en las que el talento se manifiesta, se intensifica y las personas disfrutan aportando valor. Son concretas para cada talento concreto en un momento concreto.
Estas experiencias que yo llamo «experiencias Wow!» serán beneficiosas tanto para empresas como para personas; y sin duda son uno de los grandes retos por explorar. Fijaos que para mí, la experiencia de empleado y la experiencia de talento son cosas distintas.
Frenos al talento
A veces, por distintas razones, no existen en las organizaciones las personas que puedan liderar estos entornos o ecosistemas en los que el talento se exprese aportando valor y es necesario incorporar a personas de otras organizaciones.
Estas personas deberían incorporarse en posiciones estratégicas para que puedan influir en el diseño de la cultura de innovación y talento, en caso contrario, huirán o peor aún, se acomodarán.
En estos casos, el tiempo se vuelve una variable crítica, porque si unimos al tiempo de transformar una organización el tiempo para acelerar el talento, el resultado se expresaría muy tarde.
Pero también nos podemos enfrentar a otras cuestiones importantes cuando queremos acelerar el talento. ¿Qué hacemos con los que no quieren, no pueden o no saben?
Cada una de las preguntas tiene una respuesta.
A los que no pueden, se les debe dar recursos para que puedan poner en práctica sus capacidades; a los que no saben, se les debe ayudar a desarrollar sus capacidades.
¿y los que no quieren?
Si definimos el Liderazgo como un ejercicio de inspirar, motivar y unir… llevarlos del “no quieren” al “no pueden” o “no saben” es el primer paso; y desde allí recuperarlos porque todos podemos aportar talento, pero…
De esto hablaremos en la siguiente entrada.